Desencanto en la orden de guardias:
 

Juan Benedito Alberola

 

 

Otra vez nos ha defraudado nuestra consellería con la orden de 21-1-99 (DOGV 4-2-99) que regula las guardias médicas en atención especializada. Tanto la esperábamos, y al cabo nos encontramos sin mejoras y con los mismos agravios.

 

--La exención de guardias a los 55 años. El estatuto jurídico del personal médico del año 1966 ya la recogía. Posteriormente se legisló una exención a los 45 años en el reglamento de atención especializada de 1996; seguimos esperando su desarrollo efectivo.

 

--La libranza de la guardia, sin detrimento económico, pasa a llamarse descanso obligatorio y remunerado. Nada nuevo. Ya era reconocido e inequívocamente aplicada desde los acuerdos sindicales de 1984.

 

--La exención de guardias obliga a aceptar una rebaja de sueldo. Recordemos que las guardias han sido y son obligatorias; sería normal que se mantuviera el nivel de ingresos. Pero no: acogerse a la exención se penaliza con una disminución de las retribuciones. Ni siquiera se menciona la posibilidad de generar un medio alternativo para poder mantener el poder adquisitivo. En este caso, el agravio con el resto del Estado es clamoroso, ya que existen medidas que están en vigor en otras autonomías para mantener los ingresos a cambio de una prestación laboral sustitutoria.

 

--No repara ningún agravio histórico con el resto del personal no facultativo que trabaja para la Consellería de Sanitat, verbigracia:

 

a) seguimos sin un horario anual definido: todas las horas del mundo son hábiles para el facultativo.

 

b) todo el mundo tiene 14 días festivos, además de los domingos : nosotros, sólo 4.

 

    Y nos toman por tontos con las cuentas, con el máximo mensual de guardias. No se diferencia entre guardias de festivo (24 horas) y día laborable (17 horas) y nos dicen que tres guardias máximo al mes son 36 al año, pero con el obligatorio mes de vacaciones, el total anual son 33, porque, si no, legalmente, nos obligan a hacer al menos cuatro guardias en más de un mes, y se nos priva de las vacaciones correspondientes.

 

    En definitiva, la orden resulta desencantadora. Es una mejora irrisoria, dados los rasgos citados. Todavía estamos lejos de la línea de equilibrio, todavía estamos en disposición de sufrir abusos y sin protección legal. Y habrá que vigilar el cumplimiento de esta tan magra orden.

 

    Tomamos esta orden como provisional. Para evitar abusos, aire arestas situaciones, difundir nuestras justas reivindicaciones, no hay que callar, no hay que parar mientras nos discriminen. Por esto vale la pena plantar cara. Es nuestro deber con la medicina y los futuros médicos.

 

Publicado en LEVANTE, el mercantil valenciano, 16-3-1999