CARRERA PROFESIONAL Y  MÉDICOS VALENCIANOS

Dr. D. Juan Benedito Alberola

Presidente del SIMAP (Sindicato de Médicos de Asistencia Pública)

 

 

Publicado en LAS PROVINCIAS el 18 de abril de 2006

 

 

 

Algún conflicto freudiano pendiente de catársis (eufemismo preferible a algún problema de conciencia) se debe tener para que la llamada Carrera Profesional de los Médicos Valencianos, incluso  antes de haber sido publicada como Decreto en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), haya  necesitado de tres fotos de familia publicitarias en la prensa valenciana. La primera de ellas el 7 de diciembre de 2005 con motivo de su aprobación en la Mesa Técnica con el Director General de Recursos Humanos, la segunda el 17 de diciembre de 2005 con motivo de su aprobación en la Mesa Sectorial con el Conseller de Sanitat y la tercera el 12 de enero de 2006 con el President de la Generalitat con motivo de dar solemnidad al compromiso ya adquirido entre Conselleria de Sanitat y sus sindicatos de la Mesa Sectorial.  Finalmente ha aparecido en el DOGV de fecha 21 de febrero de 2006.

 

Desde el SIMAP (Sindicato de Médicos de Asistencia Pública), al que no se le ha pedido opinión alguna, a pesar de ser el sindicato más representativo entre los médicos valencianos, circunstancia que sí que se ha efectuado con otros sindicatos representativos de la Sanidad pero no de la Medicina, ponemos en evidencia que esta Carrera Profesional presenta al menos  tres pecados mortales.

 

El primero es que excluye al 50% de los Médicos Valencianos. Los médicos fuera de plantilla eventuales (tanto los llamados “de acúmulo de tareas”, como los llamados “sólo guardias”) no están contemplados, a pesar de que bastantes de ellos son eventuales indefinidos. Los médicos de plantilla interinos o sustitutos tampoco están contemplados. La eventualidad (estar fuera de plantilla) es la característica del 30% de los médicos que trabajan en la Conselleria de Sanitat y ello sólo sucede en la categoría profesional de médico. El porqué  de ello sería merecedor de otro artículo.

 

El segundo es que no se valora el tiempo trabajado como MIR (Médico en Formación), que es un tiempo trabajado como médico y que la Conselleria de Sanitat utiliza para poder solucionar la asistencia en las Puertas de Urgencias de los Hospitales y en los masificados cupos de Atención Primaria de los Centros de Salud. El grado básico debe tener una retribución en Medicina, pues para acceder a él, ya se ha trabajado 4-5 años de médico y, además, se ha ganado una oposición.

 

El tercero es que no se definen los contenidos funcionales de cada grado. El médico realiza una triple función de asistencia, de investigación y de docencia (tanto como docente de estudiantes de medicina o de médicos en formación, como de discente acudiendo a cursos de actualización). En ningún momento se aclara que la función del grado I será diferente de la función del grado IV.

 

Más pecados veniales como puede ser el excesivo plazo de aplicación de los complementos retributivos, la excesiva subordinación al compromiso con la Organización (coloquialmente cuantas genuflexiones hay que efectuar par obtener la venia) o la mínima diferencia retributiva con el grupo B, que debería ser proporcional al número de años necesarios para acceder a poder desarrollar la profesión, también podrían ser citados.

 

En conclusión, como no se modifican significativamente las retribuciones, ni tampoco las condiciones laborales, el Médico Valenciano  seguirá su inexorable camino hacia el Síndrome de Burnout y el paciente continuará con la masificación de las consultas y las listas de espera. En definitiva la relación médico-enfermo continuará siendo insatisfactoria y hay que tener en cuenta que ésta es la esencia de la Medicina (pero evidentemente no de la paramedicina gestora o directiva). Además se profundiza en la Sanidad Pública sin Medicina.